El evento coyuntural más importante con el que inició la semana fue anunciado por el gobernador Pablo Lemus en sus redes sociales: la detención de Kelvin “N”, en uno de tres cateos. Internado ya en el Centro Penitenciario de Puente Grade donde espera la primera audiencia de vinculación, Kelvin “N” alcanzó fama nacional e internacional al aparecer en un video mientras le disparaba con un arma larga a Karla Bañuelos, así, a quemarropa. Ella quedó muerta en el pavimiento, mientras él subía y escapaba, en una camioneta en la que había llegado a las afueras de su casa.
El feminicidio de Karla causó de manera inmediata indignación nacional. Dos días después, el drama fue abordado por la presidenta Claudia Sheinbaum en su rueda de prensa mañanera en Palacio Nacional. Condenó la agresión y el feminicidio, pero dejó en las autoridades jaliscienses la carga de la investigación.
El reto se respondió con cierta celeridad. Sólo nueve días después de haber asesinado Karla, Kelvin fue detenido en una casa en la Colonia Loma Dorada, de Tonalá. Sobre él pesa no sólo la carga del feminicidio, sino también la indignación por la violencia contra las mujeres.
Su acto no sólo conmocionó a la sociedad y se convirtió en un suceso viral en las redes sociales; también provocó un llamado de atención para que el gabinete de Seguridad en Jalisco iniciara una investigación exhaustiva, y las dependencias estatales que están asignadas para atender a las mujeres violentadas, anunciaran un nuevo programa y esfuerzos adicionales.
Pero para dar resultados que mejoren la percepción, hacía falta detenerlo.
Ayer fue presentado y anunciado por el gobernador.
Con su detención queda respondido el reto lanzado por la presidenta Claudia Sheinbaum desde Palacio Nacional.
“En Jalisco, el que la hace la paga”, fue el remate en el mensaje del mandatario Pablo Lemus, para así culminar también la lectura política de un crimen.
Para Kelvin “N” vienen días difíciles. Nada comparado con el sufrimiento que causó a la familia de Karla Bañuelos y a la hija de 12 años de edad que quedó en la orfandad por su feminicidio. No queda duda de que la mano firme de la justicia lo alcanzará sin ninguna consideración.
Sin embargo, debe haber algo más que el apresamiento, algo más que la respuesta política que se deriva del dramático hecho.
¿Después de este feminicidio que fue tan notorio porque lo grabó una cámara privada de seguridad, mejorará realmente la acción de las autoridades para proteger a las mujeres?
La duda queda en el aire.