El feminicidio ocurrido en la zona Oriente de Guadalajara, en el que dramáticamente Karla Bañuelos fue asesinada por Kelvin N, usando un arma larga y afuera de su casa, provocó un movimiento renovado de esfuerzos oficiales para la protección de las mujeres ante la violencia permanente de la que son víctimas.
El gobierno de Jalisco movilizando las dependencias en las que se genera protección específica a mujeres violentadas, anunció una nueva red de apoyo mucho más grande que la ya existente; se han firmado convenios y acuerdos para que incluso en las tiendas de autoservicio de las cadenas por todos conocidas, una mujer pueda acudir y solicitar protección al sentirse en peligro.
Esto significaría pasar de unas cuantas decenas de puntos seguros a más de 2 mil y el esfuerzo está ampliándose, sumando cada vez más lugares donde se pueda prestar auxilio a las mujeres en riesgo.
Si ya se habla de más de 2 mil puntos, ahora lo importante es habilitarlos, capacitar al personal que ahí trabaja y particularmente, facilitar la presencia de autoridades.
De nada va a servir que una mujer que se sienta en riesgo, pueda acudir, por ejemplo a una sucursal de las tiendas Oxxo y desde ahí se emita una alarma, pero no haya autoridades que inmediatamente atiendan la urgencia.
Se ha anunciado una campaña de capacitación para que los empleados de todos estos puntos comerciales puedan prestar una atención adecuada y extender así una red de protección para las mujeres e incluso, para los niños que pueden estar en peligro de ser víctimas de violencia.
La idea en principio suena positiva y con lógica. Ahora falta que se eche andar con todos los recursos necesarios. El mismo gobernador del Estado, Pablo Lemus Navarro, anunció una inversión para adquirir nuevos aditamentos, esto es los llamados botones de pánico, pero al final el tema encuentra su mayor obstáculo en la asistencia humana.
La capacitación permanente para el personal de las agencias del Ministerio Público, para los integrantes de las policías municipales e incluso las corporaciones estatales, es indispensable para que se atienda a las mujeres que denuncian amenazas o hechos de violencia. La tecnología es un auxilio, tener más puntos de atención es una medida correcta, pero al final el ciclo debe cerrarse con la asistencia de personas capacitadas y facultadas por la ley para convertirse en protectores de las mujeres jaliscienses.