Desde luego, además de reducir la pobreza y la desigualdad, el gobierno de la 4T debe tener muy clara las rutas financiera, fiscal y económica necesarias para mantener la viabilidad de su política social. De lo contrario, no habrá recursos que alcancen para mantener a flote los programas sociales, y por supuesto, no podemos apostar a que el modelo para reducir la desigualdad y la pobreza sea la asistencia social y las remesas, por el contrario, la ruta debe seguir siendo la generación de empleos de calidad por parte del sector público y privado.