¿QUIÉN ESTÁ DETRÁS DEL CONFLICTO UNIVERSITARIO?
Un grupo marginal en la política universitaria, pareciera, es el que provocó los conflictos de los dos últimos días en la Universidad de Guadalajara. El asunto, sin embargo, parece haber tocado a fin rápidamente y según trasciende en los círculos universitarios, las negociaciones se concretarán este fin de semana para darle a los quejos una parte de representatividad en las determinaciones universitarias, pero eso sí, de ninguna manera se aceptarán las exigencias de repetir las elecciones para integrar el Consejo General Universitario, ni tampoco se tocará el punto de desconocer a la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU). El secretario general de la Universidad, César Barba Delgadillo, subrayó ayer que estos puntos son sencillamente intocables.
TRABAJAN EN EL CONGRESO
Y ya que estamos hablando de los jóvenes que tomaron las instalaciones del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara, se empezaron a hacer las indagatorias para saber quiénes estaban detrás de los rostros encapuchados y ¡sorpresa!… varios de ellos no son estudiantes que dediquen el total de su tiempo al estudio y la defensa de sus derechos, sino que ya tiene trabajo y están en la nómina de la diputada Tonantzin Cárdenas, de Futuro. Quién lo hubiera pensado.
REFORMA PARA EVITAR QUE DEJEN LA ESCUELA
Y en más de estudiantes, en el Congreso del Estado de Jalisco los diputados aprobaron el jueves una reforma para evitar que los estudiantes dejen sus salones. Desde hace años, Jalisco padece un problema de deserción escolar en secundaria y se ha hecho más evidente en las preparatorias. La intención es buena, pero las reformas que se aprobaron en la Ley de Educación de Jalisco y el Código Civil, establecen que los padres de familia tendrán la obligación de garantizar que sus hijos asistan a la escuela y concluyan la educación obligatoria, mientras que las autoridades estarán forzadas a “actuar de inmediato” si los estudiantes faltan a la escuela. Como buena intención, pasa… pero suena ingenuo.