Una guerra económica abarca estrategias económicas y financieras para debilitar la economía de otro país o presionarlo a aplicar ciertas políticas sin necesidad de usar la fuerza militar.
Se pueden usar: bloqueos económicos, sanciones financieras, restricciones de inversión, control de recursos estratégicos, eliminación de los sistemas de mensajería financiera para transferencias internacionales de fondos, manipulación de mercados incluyendo del mercado de divisas, restricciones a la inversión extranjera o de acceso a recursos económicos, etc.
La guerra comercial es un tipo específico de guerra económica que se presenta cuando el gobierno de un país o de varios países en conjunto, imponen obstáculos comerciales a otro, como por ejemplo: aranceles (impuestos a la importación), permisos previos de importación, barreras administrativas, cuotas de importación, licencias especiales para importar, determinadas normas técnicas y sanitarias, regulaciones en etiquetado y contenido nacional, requisitos específicos para que los productos puedan ser importados, restricciones o prohibiciones temporales de ciertos productos. El objetivo principal es proteger sus industrias o responder a medidas que consideran desleales.
Como resultado de estas medidas los precios en el país importador suben, perjudicando a los consumidores pero beneficiando a los productores, mientras que en el país exportador la oferta interna de dichos productos se eleva, disminuyendo los precios, beneficiando al consumidor, pero perjudicando al productor.
En una guerra comercial es mayor el perjuicio que el beneficio, pues el incremento en la inflación genera otros efectos negativos como la elevación de las tasas de interés, la caída de la inversión productiva y con ella del empleo, los ingresos, el consumo y los impuestos.
A nivel internacional se desacelera el crecimiento económico, aumenta la incertidumbre y hay pérdida de confianza entre los gobiernos involucrados, aumenta la escasez de insumos y productos y con ello se eleva el costo de producción en el país importador; se afectan las cadenas globales de valor lo que afecta las inversiones.
Ninguno de los países involucrados en la guerra comercial gana.
El presidente Donald Trump ha iniciado una nueva guerra comercial con una gran cantidad de países, en especial China, la Unión Económica Europea, México y Canadá, aplicando aranceles con niveles promedio del 25% llegando hasta un 100% para China.
La estrategia busca, en teoría, reducir su déficit comercial, estimular la producción nacional protegiendo a los productores, e impedir prácticas que considera desleales, pero ha generado tensiones globales y represalias arancelarias de los países afectados, aunque también ha conseguido ventajas en las negociaciones comerciales con los gobiernos afectados. Para ello ha utilizado como pretexto la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA).
Cuando el peso económico del país que inicia la guerra comercial es muy grande, como el caso actual que involucra a Estados Unidos y a China, se presentan efectos globales negativos, es por ello por lo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha tenido que reducir sus pronósticos de crecimiento económico mundial debido a que los aranceles se encuentran en niveles no observados en un siglo. Se ha incrementado la incertidumbre, lo que ha generado volatilidad en los mercados financieros internacionales.
También se espera que la inflación mundial disminuya a un ritmo más lento y en algunos países se incremente, como en Estados Unidos, y disminuya la cooperación internacional que pone en riesgo los avances hacia una economía mundial más resiliente.
Así, en su reporte de abril, el FMI ha reducido el crecimiento económico mundial esperado en 2025 del 3.3% al 2.8%, el proyectado para Estados Unidos de un 2.8% a 1.8%, mientras que para la zona del euro el crecimiento se reduce de un 1.5% a un 0.8%, y para América Latina del 3% al 2 por ciento.
El comercio entre provincias, regiones y países siempre ha existido, prácticamente desde finales del Neolítico, hace 10 mil años, porque el hombre es incapaz de producir todo lo que necesita o de tener todos los insumos. La actividad comercial permite disminuir la escasez de ciertos productos, reducir costos y mejorar el bienestar económico.