Jamás estamos preparados para decir adiós. Jamás estaremos preparados para ya no verlos, no escucharlos y mucho menos, no abrazarlos.
Los padres son los pilares fundamentales en la familia. Son el motor.
Y pensar por un momento que puedes dejar de verlos, es difícil. Ellos son los que nos llevan tomados de la mano, los que nos corrigen, nos educan, nos ayudan. Los que nos hacen ser fuertes.
No te imaginas lo complicado que es incluso pensar, que algún día no estarán. Cada mañana te reciben con una sonrisa, con tu desayuno, con su amor, porque esa es su esencia. No importa cuántos años hayas acumulado, porque para ellos siempre seremos sus pequeños.
Valoremos cada atención de nuestros padres; valoremos su presencia; valoremos cada consejo, cada palabra, cada cosa que hacen por nosotros. Ayudarlos, apoyarlos. Es momento de regresar un poco de lo mucho que ellos hacen por nosotros.
Estamos en el tiempo preciso de brindarles ese amor que ellos merecen.
¿Cuándo fue la última vez que te pidió algo tú Papá o tu Mamá y no lo hiciste por cualquier circunstancia?
Cada vez que sea posible, hazles ver lo mucho que los amas y respetas; que valoras todo lo que hacen por tí, que a pesar de todo siempre estarán para ti. ¿Y sabes por qué? Porque son nuestros padres.
Vive su presencia y no su ausencia.